Los celos son un sentimiento, un estado de ánimo o una condición emocional. El deseo de posesión de la otra persona, de estar con esa persona todo el tiempo y al no conseguirlo, se produce el sentimiento de los celos. Los celos pueden estar basados en hechos reales o se pueden producir imaginariamente. Todos por naturaleza sufrimos de celos de una forma moderada, pero llegarlos a sentir de una manera exagerada y descontrolada nos puede hacer daño a nosotros mismos y a las demás personas. No solo podemos tener celos de nuestra pareja, sino que de las amistades, la familia o el destino mismo. Si alguna vez sentís celos de manera exagerada y descontrolada piensa que la base de toda relación debe ser la confianza y que vos sos una persona muy importante y valiosa a quienes todos pueden querer. Los celos, en contra de lo que podría parecer y de lo que sugieren algunas letras de canciones, argumentos literarios o guiones de películas, no siempre son consecuencia de un gran amor, ni indican cuánto se quiere, se necesita o se desea a la otra persona. No. Normalmente, quienes padecen preferentemente de estos ataques de celos son personas muy centradas en sí mismas, que sólo se curarán saliendo de su auto-encierro. En muchas situaciones de celos hay, más que amor o miedo a la soledad, otras causas: sentimientos de posesión del otro, de necesidad de controlarlo, de inseguridad en uno mismo, de envidia hacia la mayor riqueza de la vida emocional de la otra persona, etc. Si hay motivo real para nuestros celos, hablemos con realismo la situación a nuestra pareja. Y armémonos de valor, paciencia y comprensión para superar la situación, todo tiene un final, y el amor tambien puede tener fecha de vencimiento.

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