Volvió. Él volvió, o volví yo. No iba a terminar, sabía que no iba a terminar. Después de diez días, otra vez él. Como en la canción del Génesis, el gigante volvió y enredó al mundo con sus hojas violentas, con sus palabras dolorosas, con sus actitudes hirientes. Su comportamiento no cambió, simplemente se le ocurrió volver, quién sabe por qué razón. Siempre dispuesta a recibirlo, yo no me quejé.
DAR Y RECIBIR.
MI DROGA, OTRA VEZ.
OTRA VEZ ADICTA.